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APRENDER A DECIR “NO”

junio 05, 2018
Historias de FE
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Aprende a decir No. Esta muy bien querer ayudar a los demás; es un acto de nobleza y humildad. Pero, a veces al ayudar a los demás; dificultamos y nos causamos problemas a nuestra vida. Por eso es importante aprender a decir “no” y establecer límites para mejorar nuestra relación personal y no causar dependencia y aprovechamiento de los demás hacia nosotros.

¿Por qué no podemos decir que no? En realidad, este es un problema común, que por varias razones nos impide darnos nuestro lugar y dejar de hacer cosas que no queremos hacer:

  • Sentirnos culpables por no hacer lo que nos piden

A veces, nos sentimos culpables por no cumplir con los mandatos y las cosas que nos piden; porque priorizamos las necesidades y deseos de los demás ante los nuestros. Pensamos que al no hacerlo vamos a quedar como “mal amigo”, “persona egoísta”, “persona que no ayuda” etc. No se es mala persona por priorizar intereses; es una cuestión de no ponernos por encima de los demás, pero tampoco por debajo. ES UN EQUILIBRIO. Es normal querer hacer un sacrificio por alguien que te interesa y necesita más; por eso cada situación tiene que ser valorada de forma objetiva; para saber si vale la pena dejar tus prioridades por realizarla.

  • Querer ser responsables de todo

El tender a querer hacerse responsables de todo lo que pasa a nuestro alrededor nos sobre implica; y nos obliga a decir que “si”. Suele pasar mucho en el trabajo en equipo. Queremos que todo salga a la perfección que preferimos hacerlo todo, responsabilizándose de el trabajo de los demás para alcanzar el mejor resultado. Cuando las otras personas se dan cuenta de esta desventaja, pueden aprovecharse de nuestro sentido de la responsabilidad y demandarnos ayuda en actividades que no nos competen. Tenemos que valorar que es capaz de realizar la otra persona, podemos ayudarla a “hacerlo mejor” o enseñarles como sé hace; pero no hacerlo por ellos.

 

  • Sobrevalorar la opinión de los demás

El “qué dirán” en ocasiones, condicionan como actuamos. Es difícil ser uno mismo sin que nos importe que piensan los demás; pero es importante para nuestra autoestima dejar de darle importancia. El querer quedar siempre bien con los demás, que nos consideren responsables, buenos amigos, inteligentes y amables todo el tiempo es imposible. No se puede quedar bien con todos, es por eso por lo que debemos aprender a quedar bien con nosotros mismos. Las actitudes de amabilidad y responsabilidad deben ser para el beneficio de alguien que lo necesita; no para demostrarle a nadie que somos buenos. Si decimos que “si” debe ser porque nuestros valores y principios nos dictan a actuar de cierta manera. Debemos de trabajar en la autoconfianza para aprender a vivir sabiendo la primicia que no todos van a estar de acuerdo.

Si te sientes identificado con alguna de estas razones de porque te cuesta decir que “no”; tienes que saber que:

1. Debes establecer tus límites

Solo porque puedas hacer algo, no significa que lo tengas que hacer. Los limites son subjetivos y tiene un valor de acuerdo con la persona. Puede ser que tus valores la soledad, tiempo en familia, tiempo de descanso etc. Ten en claro hasta donde puedes llegar para ayudar a los demás.

La persona que te este pidiendo un favor puede ser muy persuasiva y no tomar un “No” como respuesta. Algunos pueden tratar de hacerte sentir culpa para que correspondas un favor que te hayan hecho. Sí alguien te hizo un favor no significa que le debes nada, porque fue exactamente eso un FAVOR. Los verdaderos amigos no reprochan ni piden nada a cambio, mucho menos te piden algo que va en contra de tus principios o capacidades. También pueden compararte con otra persona que si accedió a ayudarles. Recuerda que tu no eres esa otra persona, y no tienes que tomar las mismas decisiones que otros para ser aceptado o reconocido como buena persona.

2. Practica decir “no”

Aunque pueda parecer tonto; es recomendable que practiques decir no en soledad. Escribe todo lo que creas que pueden llegar a cuestionarte al momento de dar tus razones. A veces, tenemos tantos pensamientos que al momento de una confrontación se nos olvida todo lo que queríamos transmitir. Párate frente al espejo y mírate, practica tus gestos, tono de voz, ademanes, a modo que te sientas en comodidad con lo que declaras.

3. Evita la culpa

Es importante recordar que la realidad es que no le debemos explicaciones a nadie. Pero, lo hacemos para no dañar a aquellos que nos importan. Es por eso qué recuerdes que los valores son subjetivos y es normal que algunos no comprendan ni acepten tus razones. El sentimiento es normal, cuando estas aprendiendo a decir que “no” pero, aunque sea muy grande no te retractes. Prioriza los sentimientos positivos y el bienestar que te trae el no hacer algo que no querías realizar. Recuerda y reflexiona que tu respuesta no fue a la ligera; sino ya fue meditada y concluiste que eso era lo correcto.

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