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Las mujeres viven y disfrutan su sexualidad de forma distinta en las diferentes etapas de su vida. Y aunque es muy difícil generalizar en este aspecto, existen factores importantes que determinan la percepción sexual que tienen estas en las diferentes etapas de la vida.
Así es como ven las mujeres la sexualidad desde los 20 hasta luego de los 60:
La mayor preocupación de las mujeres a esta edad, en especial en los 20, es el control sobre su goce y sus mecanismos de deseo. Ya que comúnmente suele estar condicionada por una idea romántica del sexo.
En esta etapa de la vida la mujer estará más enfocada en una persona para toda vida y tiende a permitir las relaciones sexuales únicamente con las personas que puedan cumplir este propósito. Esto quiere decir que, únicamente querrá tener relaciones sexuales cuando se enamora.
Además, las mujeres a esta edad no conocen su cuerpo completamente, están más pendientes de dar placer que de obtenerlo, se preocupan más por la cantidad que la calidad y temen ser juzgadas por ser muy abiertas de mente o no ante el sexo.
A partir de los 30 la mujer empieza a adquirir cierta madurez sexual, lo cual le permite tener una mayor disposición de su propio goce y deseo. En este momento es cuando empiezan a aparecer preguntas de cómo pueden mejorar los orgasmos y otras relacionadas a recibir más placer.
En esta etapa también se presenta el deseo de un tercero pero sin renunciar a la pareja consolidada. La calidad será más importante y disfrutarán del encuentro sexual de forma general. Además, el mayor conocimiento de su cuerpo y la facilidad para vivir con plenitud el sexo las dota de mayor confianza.
En esta etapa la mujer ya sabe lo que quiere y cómo obtenerlo. Sin embargo, a la mitad de esta etapa y en algunos casos al final de ella, surge la peri-menopausaia y después la menopausia que afecta esa plenitud sexual.
Aparecen inquietudes de carácter biológico que afectan en mayor o menor medida la percepción sexual que tienen de ellas mismas.
También en este momento las parejas de larga duración suelen manifestar momentos de inquietud como la falta de deseo por las responsabilidades. Pero, es aquí cuando la meta no es alcanzar el orgasmo, sino desear un nuevo encuentro.
En ese momento la mujer ya pasó por los cambios hormonales y las mujeres suelen centrarse en cuestiones afectivas y en explorar territorios sexuales diferentes.
Las mujeres están en paz con ellas mismas y si sienten deseo lo disfrutan, si no lo sienten no les inquieta. Aquí es cuando cuando el protagonismo se trata de las caricias, los abrazos, los besos y la compañía.
