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Paradójicamente, trabajar más horas no siempre garantiza mayor productividad y mejor rendimiento. Muchos emprendedores se enfrentan al «síndrome del trabajador quemado» porque, al no estar atados a un horario establecido, pueden trabajar más de 40 horas a la semana. En lugar de beneficiarse por el tiempo invertido en su negocio, los trabajadores sufren consecuencias relacionadas a su salud física y mental.
La salud es indispensable para poder trabajar de forma efectiva y eficiente. Por ello, es sumamente importante establecer límites para que nuestro emprendimiento no sufra las consecuencias.
Pasar muchas horas sentado frente a un escritorio tiene muchos efectos negativos en nuestro cuerpo, como rigidez de las articulaciones, mala circulación, debilidad muscular, dolor de espalda, entre otros. En el 2018 se realizó un estudio en Corea en donde 25,000 trabajadores fueron examinados y los resultados revelaron que la prevalencia del dolor en las extremidades superiores e inferiores aumentó a medida que trabajaban más horas cada semana.
Un estudio publicado en la revista Annals of Occupational and Environmental Medicine, reveló que los hombres que pasaban más de 52 horas a la semana en la oficina perdían el cabello más rápido que los que trabajaban menos de 40 horas.
Además, el estrés prolongado es un factor que influye en la caída del cabello.
Trabajar más de 40 horas a la semana incrementa las probabilidades de padecer de depresión, insomnio y ansiedad, indica un estudio del 2017. Además, se descubrió que a los trabajadores les es más difícil desconectarse del trabajo y permanecen en un estado continuo de alerta y estrés.
El cansancio es una de las principales causas de un mal rendimiento laboral. Según la Universidad de Standford, la productividad aumenta al reducir las horas que se trabaja a la semana. Otro estudio realizado por Henly Business School a 250 empresas que redujeron sus días laborales a cuatro, indica que la productividad aumentó y el 78% del personal afirmó sentirse más feliz.
La Universidad de Toledo menciona que la luz azul de los dispositivos digitales desencadena la producción de un químico tóxico que mata las células sensibles a la luz en nuestros ojos. Esto podría acelerar la tasa de degeneración macular, afectando a la parte media de la visión.
Pasar mucho tiempo frente a un ordenador también puede causar fatiga visual, visión borrosa e irritación en los ojos.
