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¿Y ahora qué? Pasas, aproximadamente, 15 años en el colegio. Desde pequeño sabes que tienes que escoger una profesión y esperas con ansias ser “grande” para poder cambiar el mundo y realizar tus sueños. Primero, quieres ser un astronauta, pero poco a poco pasan los años y te vuelves más “realista”. El niño o niña que quería ser astronauta, crece y persiste con su sueño, pero tiene que escoger una carrera que le sirva para sacar una maestría porque en su país no existe la carrera de astronauta. Entras a la universidad, te metes a estudiar Ingeniería y en un abrir y cerrar de ojos terminas tu carrera y de nuevo te encuentras posando, con un título en la mano, enfrente de la cámara de tus padres. Mientras posas incómodamente, piensas:
“¿Y ahora qué?“
Tienes miedo de decepcionar a tus padres y a las expectativas que todos tus amigos, y otras personas que conoces, tienen de ti. O peor, le tienes terror a despertar un día con 80 años de edad y no haber hecho nada con tu vida. Recuerdas las veces que en el colegio y en la universidad te inspiraste por personas que cambiaron el mundo y pensaste: “Yo quiero ser así.” Le temes a decepcionar a aquel niño que espero tantos años para realizar sus sueños, pero no sabes en donde empezar.
Es algo irónico que hace unos años querías graduarte y esperaste con ansias este momento en donde por fin eres libre de hacer lo que quieres. Siempre dijiste que lucharías por tus sueños y que estarías dispuesto a hacer lo que por años te propusiste, pero ahora te encuentras perdido. El miedo a fracasar se ha apoderado de tus pensamientos. Todos te dicen que ahora debes buscar trabajo, pero en tu país no hay nada que se acerque a lo que quieres. Muchos te dirán que no tendrás el puesto que quieres en tu primer trabajo, pero eso no es lo que te frustra realmente. Sabes que no serás astronauta en el primer día y que aún eres principiante; simplemente, reconoces que estás lejos de tus sueños y eso te hace sentir enojado, triste e inútil.
Muchos nos hemos sentido así. Has pasado 20 años estudiando y preparándote para este momento. Es hora de hacer todo lo que dijiste que harías; siempre supiste que esto no sería fácil. Llorarás, fallarás, triunfarás, reirás y poco a poco te acercarás a tu meta. Todo está en ti. Recuerda que has sido valiente por muchos años; persististe con tu sueño, a pesar de que sonara irreal e imposible para muchos. Recolecta toda esa valentía y ten el coraje de realizar tu sueño; llegó el momento.
