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Tristemente el hogar no es un lugar seguro para todos los niños. Para muchos es un infierno, pero por la pandemia del coronavirus deben pasar todo el día en él junto a sus abusadores, quienes en su mayoría son familiares, amigos o conocidos cercanos.
A nivel mundial, organizaciones y gobiernos predicen el incremento de casos de abuso sexual, físico y emocional en menores de edad durante la pandemia del COVID-19. Como deben pasar todo el día en un ambiente en donde están vulnerables, son presa fácil para sus abusadores.
Otro factor que incide en este incremento es que los niños y las niñas no están yendo a la escuela. Muchos menores le cuentan al personal de educación sobre su abuso o ellos mismos lo identifican y lo reportan a las autoridades.
También es importante tomar en cuenta que muchos abusadores descargan sus emociones en los niños. Entre los detonadores de los agresores se encuentran el desempleo y el estrés financiero. Las dificultades financieras son consideradas como una base sólida para predecir el incremento del abuso infantil.
Los gobernantes deben tomar en cuenta el peligro al que muchos menores se están enfrentando durante la cuarentena por el COVID-19 para crear estrategias preventivas e implementarlas junto a las medidas contra el coronavirus. La detección temprana, como la denuncia, también juega un rol muy importante para detener el abuso infantil.
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